domingo, 27 de enero de 2013

La Coscollada, ¿me estaré haciendo mayor?

Suena el despertador, son las 6:30 de la mañana. Café, lavabo, calzarme la ropa y directo al parking a cargar la bici. La falta de práctica hace que tarde más de lo habitual en montar el portabicis, pero al final salgo hacia Badalona a las 7:30.

Al final he llegado a tiempo, a las ocho en punto he llegado al lugar acordado, Martí Pujol con la C-31. En teoría íbamos a ser cuatro pero Lluis no se ha presentado. Después de esperar un ratito a ver si venía nos ponemos en marcha los tres, Albert, Quim y un servidor.

Ayer Quim envió el recorrido a seguir y pintaba durillo, unos 25 km de recorrido con un acumulado de 850 m. Efectivamente así ha sido.

Subimos todo Martí Puyol y cogemos una pista a mano izquierda, la cual vamos subiendo progresivamente hasta llegar al Collet de la Vallençana. Me temo lo peor, creo que vamos a ir hacia el "deposito". Hace años ya había subido alguna vez y tenía muy mal recuerdo de esa subida, es larga y pesada. Sigue igual, hay cosas que no pueden cambiar.

Empezamos la ascensión y ellos van más adelantados que yo. Mi sorpresa es ver a Quim parado en el Coll de la Malesa, está "cogiendo fuerzas" para poder progresar la maldita rampa. Albert sigue subiendo. Yo no me paro y empiezo a subir, pero al poco rato Quim me adelanta. A partir de ahí subiremos casi juntos, separados por unos pocos metros de distancia hasta coronar La Coscollada, donde se encuetra una torre de vigilancia (después de tantos años ya se como se llama el madito sitio)
.


Parada corta para coger aliento y a descender por pistas y senderos que a veces nos hacen bajar de la bici hasta llegar cerca de Can Torrents Vell. Desde ahí a volver a subir hasta que llegamos a La Conreria. Parada para ingerir algo y a seguir subiendo hasta La Coscollada de nuevo, esta vez por su vertiente Oeste.
Para bajar tenemos que esperar un poco, hay un montón de gente con bicis de descenso y mejor dejarles pasar que no que te pasen por encima. Cuando llega nuestro turno iniciamos el descenso por otros senderos hasta llegar de nuevo al Coll de la Malesa. La bajada se hace un poco coñazo ya que hay tráfico para subir y para bajar, se nota que es más tarde. Desde aquí seguiremos bajando hasta llegar al Hospital de Can Ruti, no sin antes caerme por culpa de una raíz, al ir lento me quedé clavado y el pie no salió de la cala del pedal (gracias, hermano, por ayudarme a levantarme).
Entre pistas, carretera y senderos por fin llegamos al punto de encuentro.

Han sido 3h48m de recorrido (3 en movimiento) para hacer 25 km. ¿Lentos? sí, una media de 8,4 km/h. También hay que decir que hemos hecho 880 m. de desnivel acumulado (según mi GPS).

Me lo he pasado muy bien en la bici, lástima que he ido bastante rato con pinchazos detrás de la rodilla, creo que es por culpa de ir con el sillín bajo. Creo que es de las pocas veces que he disfrutado casi más subiendo que bajando. ¿Me estaré haciendo mayor?


domingo, 13 de enero de 2013

Regreso a la Serralada de la Marina

Después de mucho tiempo insistiendo, he vuelto a salir en btt con mi hermano Albert y sus colegas por la Serralada de la Marina.

Por lo menos hacía casi dos años que no iba por estos caminos y la verdad es que me lo he pasado genial.
Quedamos a las 7:45 en casa de mi hermano, donde dejo el coche. Al mismo tiempo llega Miguel con su Trek nueva, traída por los Reyes. Subimos por Martí Pujol hasta que cruza la C-31 donde esperan Quim y Lluis. Están chafardeando el eTREX de Lluis pero no se aclaran mucho. Miro debajo del puente de la autopista y están Chimo e Hilari. Después de las presentaciones comenzamos la ruta. Hoy quien nos guiará es Quim.

Llegamos al final de Martí Pujol y cogemos un camino a la derecha, que nos llevará por al lado de la Riera de Sant Jeroni para llegar a St. Jeroni de la Murta. El camino no ofrece ninguna dificultad y la temperatura es ideal para ir en bici, unos 10 grados. Hacemos una parada y volvemos a ponernos en marcha hacia la ermita de Sant Onofre, donde nos volvemos a reagrupar.


Fotos de rigor y a volver a pedalear. Seguimos por la pista y llegamos al final de la Vallençana, donde cogeremos un sendero de descenso rápido con alguna que otra pequeña trialera. Me acuerdo mucho de mi hermano Jordi porque se que le encantan estos tipos de caminos (a ver si bajas un día, tío). Llego abajo y al poco rato llega Quim, seguido de Albert. Esperamos un rato y aparecen el resto. Al parecer, Miguel a estrenado la bici. Ha tenido una caída que no se podía levantar. 

Pisteamos un poco más y Quim propone bajar por otro sendero que está equipado con curvas peraltadas y saltos. Me deja el honor de ir el primero y me lanzo cuesta abajo. El circuito es cojonudo, rapidísimo. Lástima que con mi bici no me atrevo a saltar por las rampas instaladas, se volvería a partir el cuadro seguro. Llega un momento que me paro en seco, hay una rampa instalada en una pequeña garganta de más de tres metros de ancha. Detrás mío viene Hilari, que hace lo mismo que yo, parar. Me dice que va a pasar por el lado y se va a pegar la vacilada que ha saltado. Cuando va ha dejar marca en el suelo para simular la frenada, derrapa y se va al suelo. justo en el mismo momento llega Miguel por un camino más a la derecha y se vuelve a caer, ya lleva dos (muy buen estreno). Nos reímos un rato volvemos a ponernos en marcha.

Llegamos al Collet de la Vallençana, donde descansamos un rato y decidimos el itinerario a seguir. Al final quedamos en bajar por un sendero que pasa por debajo del Puig Castellar y llega hasta el río Besós. El sendero lo bajo el último ya que me he quedado sin freno trasero, una lástima porque la bajada prometía mucho. Llegamos al río y descendemos hasta el mar, donde cogeremos el paseo hasta volver a casa.

Bonito día de domingo con casi 30 km con un acumulado de casi 500 m. Hay que repetir.