domingo, 2 de junio de 2013

Scale 940, welcome home

¿Qué ha pasado desde los Monegros? Empecemos:

Un viaje a Turín a ver a la familia con excursión incluida hasta el refugio Willy Jervis, un refugio situado en el Piemonte cercano a la frontera francesa. Una ruta muy fácil en la que pude pisar la primera (y última) nieve de la temporada y disfrutar de la polenta, el vino y sol.
 

Durante este viaje tome una decisión. Después de darle vueltas a la cabeza pensado que hacer con mi bici partida decidí que era hora de cambiar de montura. Volver a soldar en la misma parte del basculante no me hacía ninguna gracia y tenía toda la pinta de que al poco tiempo se volvería a partir por el mismo sitio.
Hice una comparativa entre las bicis que me gustaban y estaban en mi presupuesto y al final me decidí por la Grand Canyon AL29 pero no pudo ser ya que no tenían en stock de mi talla. 
Mi segunda opción era la Scott Scale 950 con una modificación, las bielas que lleva de serie por unas XT. Como Radikal Bikes Llagostera es distribuidor Scott, me puse en contacto con Pere y me aconsejó que por la diferencia de precio me cogiera la 940, que los frenos y bujes son de mejor calidad. 

Así fue, el 10 de mayo estrenaba muy nueva bici. Para celebrarlo me fui al día siguiente con mi hermano Jordi y más gente del club al Rocatal-Puig d'Arques-Llagostera. Una primera toma de contacto muy positiva, donde me di cuenta de las diferencias entre una 26" y una 29". En plano y bajada es fantástica y en subida cuesta un poco más pero es cuestión de acostumbrarse. De lo que estoy enamorado es de la suspensión Fox con tres posiciones de dureza, increíble.

Durante la semana un par de salidas en plano desde el trabajo hasta Premià con viento en contra y media alta, contentísimo.
Hoy he quedado de nuevo con Jordi para hacer nuestra "ruta maldita": Caulés. Él estrenaba su nueva bici, la Scale 930. Es similar a la mía pero en vez de llevar el grupo Shimano lo lleva SRAM, una ruedas mejores y sobre todo el cuadro de carbono. Empezamos  subiendo a Sta. Ceclina, seguimos hasta Caulés y llegamos a Terra Negra, donde en el tramo final de la subida me he de bajar de la bici ya que me salía de la pista. Me molesta porque me quedaba muy poquito para llegar arriba. Empezamos a bajar por una trialera y en mitad del trayecto hay unas ramas en medio del camino que me hacen parar. Decido hacer el resto del camino a pie. Jordi lo baja del tirón, es un animal. Cada vez me gustan menos las trialeras, ¿me estaré haciendo mayor o más cagado?, creo que lo segundo.

Después de la trialera llegamos a Serra de Daro-Casal y empezamos a bajar. La pista es ancha, con alguna pequeña grieta y alguna piedra. Jordi va delante mio. De repente y sin saber por qué noto que la suspensión se me hunde mucho y de repente estoy dando una voltereta hacia adelante. Los pies no se desenganchan de los pedales hasta que la rueda pica con es suelo. La voltereta no ha sido perfecta ya que caigo sobre el costado derecho, golpeándome con el suelo el brazo, costillas y finalmente la pierna. Me duele tanto que no puedo dejar de gritar creyendo haberme roto algo, con la esperanza de que Jordi me oiga pero ya debe estar abajo del todo. También noto un fuerte dolor de rodilla, supongo de no haber desenganchado el pedal a tiempo se ha regirado. Compruebo que no hay nada roto, me levanto como puedo y miro la bici. Por extraño que parezca no se ha hecho nada, una leve rascadita en el mando del bloqueo de la suspensión y otra en el depósito del líquido de freno de la rueda delantera. Comienzo a descender a pie y me encuentro a mi hermano que estaba subiendo en mi busca. Le explico lo sucedido y decidimos volver por carretera. Bajamos a 70 km/h y en poco rato ya estamos en en Swing tomando una cerveza. Aun así han salido casi 28 km y más de 600 m. de desnivel.


Ahora toca descansar y ponerme bien para poder atravesar el Maresme el día 15 con "els endimoniats".