domingo, 31 de julio de 2011

De Machame Gate a Machame Camp, la jungla africana

Nos levantamos relativamente pronto y a desayunar, un buen surtido a base de huevos, frutas y demás para coger fuerzas que el día va ha ser muy largo. Volvemos a la habitación y a recoger las cosas. Nos vamos a la de Josep y Merche porque están mirando lo que tienen y lo que nos faltaría para poder hacer la ascensión. Una vez acabado todo devolvemos la llave en recepción y nos vamos a la entrada para que nos vengan a buscar. Aquí nos empezamos a dar cuenta de que esto va a otra velocidad. Habíamos quedado a las 9:30 y nuestros guías, Isaac y Ewaldo (o Lewale), se presentan una hora más tarde. Una vez hechas las presentaciones nos metemos en una furgoneta que nos llevará a Moshi a buscar material. Como saben que nos faltan las bolsas con nuestro equipo a Merche, Rosa y a mi nos meten en un coche que nos lleva a un almacén donde hay de todo para poder alquilar. El sitio es claustrofóbico total, habitaciones llenas de material de montaña. Creemos que son los donativos que la gente da al finalizar su ascensión y luego ellos sacan su beneficio. Después de ver en el hotel lo que nos faltaba, yo me cojo unas polainas, unos guantes y unos pantalones de agua. Rosa alquila poca cosa también y Merche alquila de todo, polar, polainas, plumón, etc.Nos volvemos a juntar todos y emprendemos la marcha. Al poco rato volvemos a realizar otra parada y vemos que empieza a subir gente sin parar. Somos casi más de veinte personas ahí dentro entre nosotros, guías cocinero y porteadores y pega un tufillo que tengo que abrir la ventana para poder respirar algo. Parece el camarote de los hermanos Marx. Dejamos la carretera principal para coger una secundaria que nos llevará a la Machame Gate, la entrada del parque por la ruta que vamos a hacer. Antes de llegar a la puerta paramos para comprar carne y algo más. No dejas de pensar en la miseria de esta gente, en como viven pero los ves felices. Es una sensación que nos perseguirá todo el viaje.Llegamos a Machame Gate y desembarcamos de la furgoneta como podemos, situación bastante cómica, y directos a firmar nuestro ingreso al parque. Mientras esperamos nuestro turno vemos que en otro lado de la puerta hay gente vendiendo cosas como gorros y souvenirs. Como no les dejan cruzar la puerta te llaman a gritos, cualquiera entra con un tío con la ametralladora en la puerta.
Justo al lado de la puerta hay un área con bancos y taburetes de madera para poder comer algo antes de empezar la marcha. Es aquí donde realizamos nuestro primer picnic, que consta de un huevo duro, un trozo de pollo seco, una chocolatina, pan como de con mantequilla y zumo. Foto de rigor y emprendemos la marcha. Nuestra expedición la forma tres guías (Isaac, Ewaldo y Joseph), cocinero y asistente y trece porteadores. Supongo que llevamos tres guías porque pedimos uno que hablara castellano. Isaac es el jefe guía y habla inglés y suajili (idioma local), Joseph habla suajili y un poco de inglés y Ewaldo habla suajili, inglés, un poco de francés y hace ocho meses que habla español aprendido de los turistas. El camino empieza con una pista asfaltada con una vegetación abundante. Joseph encabeza la expedición y Ewaldo y yo la cerramos. El ritmo es muy lento, pole pole, y se hace muy llevadero, lástima de la humedad y del peso que llevo en la mochila porque me hace sudar como un cerdo. Luego pasa a una pista de tierra que nos lleva por una jungla tropical hasta llegar a Machame Camp, donde pasaremos nuestra primera noche. La vegetación es increíble, árboles inmensos que no tejan ver más allá de cincuenta metros. Seguimos ascendiendo poco a poco y Rosa, Ewaldo y yo vamos charlando de todo un poco, más bien parece un interrogatorio por ambas partes, de que trabajas, religión, familia, etc. Más o menos a medio camino hay una caseta de madera que son los servicios y hacemos la primera parada. La chicas van al lavabo mientras nosotros intentamos aproximarnos a los porteadores para poder hablar un rato con ellos pero Ewaldo nos dice que mejor no. Aquí te das cuenta de la diferencia de clases, porteadores por un lado y guías por otro.Continuamos la marcha y llegamos a Machame Camp, donde encontramos una caseta en la cual tenemos que firmar en el libro de llegada. Han sido cinco horas de camino que se han pasado sin darnos cuenta.
Después de la firma vamos a encontrar nuestras tiendas, que aun las están montando los porteadores. Nosotros pensamos que nos pondrían dos, una para Merche y Josep y otra para Caco, Rosa y para mi, pero cual fue la sorpresa al ver una más para nosotros. Tres tiendas Quechua T2, una tienda comedor, una tienda cocina, una para guías y otra para porteadores son las que llevaremos en nuestra expedición. Decidimos que Josep y Merche dormirían en una T2, y el resto dos en una y uno en la otra cambiando cada noche. Esa noche le tocaba a Rosa dormir sola. Como Merche y yo no teníamos saco ni aislante, nos proporcionaron uno. La verdad es que el saco, también Quechua de 8 grados de confort, no tenía muy buena pinta pero el aislante era un colchón de unos 3 centímetros de espesor con pinta de ser comodísimo. Mientras esperamos para cenar el frío se apodera de mí, supongo que es del sudor y del poco abrigo. Caco me tiene que dejar un polar grueso pero aun así no se me va. Otra expedición vecina tiene problemas para montar ya que oscurece muy pronto así que Josep saca su frontal, un Led Lenser, y hace de día la noche. Caco y yo nos enamoramos del frontal. Pruebas de luz con la cámara, chafardear la tienda comedor y nos avisan para cenar. Dentro de la tienda hay una mesa con una manta Masai haciendo de mantel, cuatro sillas y una vela que ilumina más bien poco. Josep saca una linterna y la colgamos del techo. Cenamos bien, comentamos la jornada y ha esperar que Isaac venga a hacer el briefing para mañana. La escena es un poco tenebrosa. Una tienda con poca luz y un tío negro espigado, envuelto en una manta Masai que solo se ve el blanco de los ojos y los dientes explicándonos el plan del día siguiente en un tono grave y seco. Acojona un poco.Salimos de la tienda y echo de menos un cigarrito, soy drogodependiente adicto a la nicotina, pero me he propuesto no fumar en toda la ascensión. Nos metemos cada uno en su tienda y a intentar descansar. He de confesar que me meto vestido dentro del saco ya que me da un poco de angustia, pega un tufillo que repele un poco bastante.
Ha sido una primera toma de contacto buena, han sido 1200 m. de desnivel en 5 horas y la sensación a 3000 es buena. A ver mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario