jueves, 4 de agosto de 2011

Barafu Camp, la tarde interminable.

Hoy va ha ser una etapa corta, quizás la más corta de todas. Partimos de Karanga Camp, situado a unos 4.000 metros, y nos dirigimos rumbo a Barafu Camp.
Madrugamos, recogemos, desayunamos (más de lo de siempre) y nos ponemos en marcha, nuestra rutina matutina. Hoy, Josep opta por subir con las botas que utilizará para el día de cima. La verdad es que no es muy mala idea pero yo decido no hacerlo. Después de la experiencia de Benasque prefiero jugármelo todo a una baza, solo me las pondré para la ascensión final. Empezamos la marcha y hacemos el mismo trayecto que el día anterior. A mi siempre me cuesta un poco arrancar así que voy el último, siempre acompañado por mi amigo Ewaldo. Al cabo de un rato damos caza a Caco que está hablando con una chica que se llama Francesc, como él, y si no recuerdo mal era Noruega. Le doy mi opinión a Caco, la chica tenía un buen culo, y al poco rato ésta de despide de él. Mi compañero de tienda se gira y me dice -que cabr... que eres, la chica habla español y tu diciendo lo del culo. Es un momento que me recriminará todo el viaje (y aún lo sigue haciendo). La verdad es que fue un momento divertido.


El paisaje sigue siendo el mismo, cielo muy azul y desierto alpino, con una pista muy marcada. Yo que me pierdo en mi casa, mi sentido de la orientación es nefasto, estoy seguro que llegaría igual. Cuando pasan un poco más de dos horas de marcha hacemos una pausa. Estamos a mitad de camino y es preferible que llegar tan pronto. También nos irá bien para aclimatar, cuanto más lento subes mejor es tu adaptación.

Seguimos el camino y cuanto más alto estamos más piedras hay. En un par de horas ya estamos en Barafu Camp. Barafu es un campamento situado entre un pedregal situado a 4.600 metros. Desde aquí empieza la subida a Uhuru Peak, el pico de la libertad, el techo de África. Nada más llegar vamos al barracón donde se encuentra el libro de registro. Es container de barco en el cual, aparte del libro para firmar la llegada, te venden Coca-Cola, Mars, camisetas, etc.




Después de firmar vamos a buscar las tiendas y nos sorprende que no estén aún montadas. Nos es que hayamos ido tan rápido como los porteadores, es que hay que esperar a que quede un hueco libre. A la cima se sube de noche, así que el campamento no se desmonta hasta que la gente no vuelve y descansa un poco.

Mientras esperamos sacamos unas sillas y nos comemos un fuet, así la espera se hace más corta.


El planning es el siguiente: comer y dormir, cenar y dormir. Hay que estar descansado para subir por la noche.


La comida ya cansa, siempre lo mismo, así que la suplementamos con nuestros embutidos. Nos vamos a la tienda y a dormir. A mi me es imposible, entre los nervios y que la tienda hace bajada no hay quien pegue ojo. Mi compañero de tienda cae como un tronco, cada vez le odio más (la envidia se queda corto). Menos mal que tengo batería en el reproductor de música, que me hace una estancia más llevadera.

Llega un momento que ya estás harto de estar estirado, así que te levantas y estiras un poco las piernas antes de cenar. Contemplas el recorrido que te espera por la noche y te das una vuelta por el campamento antes de ir a cenar.

Sobre las siete te metes otra vez en la tienda y a intentar dormir un poco más, imposible. Dentro del saco te metes toda la ropa que vayas a utilizar por la noche, así ya está calentita y no da tanto pudor vestirse.
Le das vueltas a la cabeza, llegaré o no. Al final terminas con la conclusión de que si no consigues la cima no pasa nada. Solo haber hecho el trekking por toda la cara sur del Kilimanjaro ha valido la pena.

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